martes, 26 de mayo de 2009

El Bubisher

Mi admirado Gonzalo Moure me envía un correo con buenas nuevas. Él y mucha otra gente, mencionados en la información de la Redacción del Bubisher que transcribo a continuación, han hecho posible que todos los niños del Sáhara tengan la oportunidad de disfrutar libros maravillosos gracias al Bubisher, un camión equipado como un bibliobús, que recorre los campos de refugiados para llevar ilusión, esperanza, amor y buena suerte.Y yo sueño con la posibilidad de viajar al Sáhara de aquí a unos meses a compartir con niños y mayores cuanto he aprendido de la poesía.El Bubisher es fruto de la unidad. Unión de ideas, unión de esfuerzosEl Proyecto nació en el Colegio San Narciso, en Marín, Pontevedra. Sus alumnos, que ya habían colaborado con los refugiados saharauis comprando un cargamento de audífonos para los niños de los campamentos, tuvieron la idea de hacer llegar a sus escuelas libros de lectura. Cuando "Escritores por el Sáhara" les habló de la dificultad de su traslado hasta allí, los alumnos pensaron en un bibliobús. Aparentemente ingenua, la idea resultó magnífica, y empezó a transformarse en realidad, de la mano de la citada asociación de escritores. Como también haría falta dinero, los alumnos del San Narciso decidieron recaudarlo, a razón de 30 céntimos de euro a la semana de sus propios gastos. Con ese dinero, unos 3.000 euros al año, se pretende sufragar los gastos de personal saharaui y el mantenimiento del bibliobús. Algo en lo que colaboran ayuntamientos como el de Fraga, Huesca, y asociaciones como El Puente, de la misma localidad.Pero era necesario que alguien hiciera la donación del autobús, para ser reformado. Cerradas las puertas del Instituto Cervantes y de los ministerios del estado español, se recurrió al Gobierno Vasco, por sugerencia del parlamentario Txomin Aurrekoetxea, destacado defensor de la causa saharaui. La respuesta del Lehendakari fue casi instantánea. Y fue la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui del País Vasco la que abordó la transformación del vehículo en bibliobús, su decoración y su puesta a punto. Y de su bautizo: Bubisher, el ave que simboliza la buena suerte en el Sáhara, y que ya era título de una antología de poesía saharaui en castellano.Buena suerte fue también encontrar la colaboración de Merche Caballud y Carmen Carramiñana, profesora y maestra, Premio Nacional de Fomento de la Lectura ambas por sus grupos de lectura “Leer Juntos”. Elaboraron un proyecto lector para llevar suficientes ejemplares hasta las escuelas saharauis de libros de lectura (para préstamo y para lectura), teniendo en cuenta las edades y niveles de los alumnos (entre 8 y 12 años). El plan lector fue enviado a las editoriales más destacadas del ámbito estatal, que sin excepciones reaccionaron con generosidad y sin recorte alguno: SM, Anaya, Edelvives, Everest, Kalandraka, Kókinos, Ekaré, Media Vaca…De inmediato, el proyecto Bubisher fue acogido con entusiasmo por los ministerios de educación y cultura del gobierno saharaui y por su delegado en España. Y encontró su acomodo en un generoso plan educativo de la Universidad de Alicante , que empezará a ser puesto en marcha este mismo otoño.El Bubisher estará ubicado en el campamento 27 de febrero, y desde allí cubrirá también las wilayas de El Aiun y Smara, en las que se concentra la mayor parte de la población exiliada. Obvio es decir que el proyecto no podrá ser completo hasta que no se cubran también las necesidades de la wilaya de Dajla, la más lejana, y la de Ausserd. El Bubisher necesita hermanos gemelos.Por fin, hay que hablar de voluntarios. El Bubsiher será atendido por un conductor y un animador-bibliotecario saharaui, y dirigido por la Universidad de Alicante, pero necesita también voluntarios españoles familiarizados con la promoción de la lectura, para que su funcionamiento sea ideal. A pesar de no haber comenzado todavía a rodar, ya hay decenas de voluntarios de todo el estado español, e incluso de fuera de él, dispuestos a dar parte de sus vacaciones yendo a las escuelas saharauis a llevar libros, historias, y sueños a un pueblo que necesita la cultura para sobrevivir en la tierra más inhóspita del planeta.Ha sido tanta la gente que de alguna manera ha querido colaborar con la idea de los niños del Colegio San Narciso que es posible que hayamos cometido algún olvido. Por eso no podemos dejar de mencionar al Poemario por un Sáhara Libre, que siempre ha entendido que la cultura es un pan invisible, pero tan necesario como el otro, o a la asociación “4x4 solidario”.Ahora, sólo resta que el Bubisher traiga, como dice la sabiduría popular saharaui, la buena suerte.Tenéis más información en este enlace:

El Bubisher

Mi admirado Gonzalo Moure me envía un correo con buenas nuevas. Él y mucha otra gente, mencionados en la información de la Redacción del Bubisher que transcribo a continuación, han hecho posible que todos los niños del Sáhara tengan la oportunidad de disfrutar libros maravillosos gracias al Bubisher, un camión equipado como un bibliobús, que recorre los campos de refugiados para llevar ilusión, esperanza, amor y buena suerte.Y yo sueño con la posibilidad de viajar al Sáhara de aquí a unos meses a compartir con niños y mayores cuanto he aprendido de la poesía.El Bubisher es fruto de la unidad. Unión de ideas, unión de esfuerzosEl Proyecto nació en el Colegio San Narciso, en Marín, Pontevedra. Sus alumnos, que ya habían colaborado con los refugiados saharauis comprando un cargamento de audífonos para los niños de los campamentos, tuvieron la idea de hacer llegar a sus escuelas libros de lectura. Cuando "Escritores por el Sáhara" les habló de la dificultad de su traslado hasta allí, los alumnos pensaron en un bibliobús. Aparentemente ingenua, la idea resultó magnífica, y empezó a transformarse en realidad, de la mano de la citada asociación de escritores. Como también haría falta dinero, los alumnos del San Narciso decidieron recaudarlo, a razón de 30 céntimos de euro a la semana de sus propios gastos. Con ese dinero, unos 3.000 euros al año, se pretende sufragar los gastos de personal saharaui y el mantenimiento del bibliobús. Algo en lo que colaboran ayuntamientos como el de Fraga, Huesca, y asociaciones como El Puente, de la misma localidad.Pero era necesario que alguien hiciera la donación del autobús, para ser reformado. Cerradas las puertas del Instituto Cervantes y de los ministerios del estado español, se recurrió al Gobierno Vasco, por sugerencia del parlamentario Txomin Aurrekoetxea, destacado defensor de la causa saharaui. La respuesta del Lehendakari fue casi instantánea. Y fue la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui del País Vasco la que abordó la transformación del vehículo en bibliobús, su decoración y su puesta a punto. Y de su bautizo: Bubisher, el ave que simboliza la buena suerte en el Sáhara, y que ya era título de una antología de poesía saharaui en castellano.Buena suerte fue también encontrar la colaboración de Merche Caballud y Carmen Carramiñana, profesora y maestra, Premio Nacional de Fomento de la Lectura ambas por sus grupos de lectura “Leer Juntos”. Elaboraron un proyecto lector para llevar suficientes ejemplares hasta las escuelas saharauis de libros de lectura (para préstamo y para lectura), teniendo en cuenta las edades y niveles de los alumnos (entre 8 y 12 años). El plan lector fue enviado a las editoriales más destacadas del ámbito estatal, que sin excepciones reaccionaron con generosidad y sin recorte alguno: SM, Anaya, Edelvives, Everest, Kalandraka, Kókinos, Ekaré, Media Vaca…De inmediato, el proyecto Bubisher fue acogido con entusiasmo por los ministerios de educación y cultura del gobierno saharaui y por su delegado en España. Y encontró su acomodo en un generoso plan educativo de la Universidad de Alicante , que empezará a ser puesto en marcha este mismo otoño.El Bubisher estará ubicado en el campamento 27 de febrero, y desde allí cubrirá también las wilayas de El Aiun y Smara, en las que se concentra la mayor parte de la población exiliada. Obvio es decir que el proyecto no podrá ser completo hasta que no se cubran también las necesidades de la wilaya de Dajla, la más lejana, y la de Ausserd. El Bubisher necesita hermanos gemelos.Por fin, hay que hablar de voluntarios. El Bubsiher será atendido por un conductor y un animador-bibliotecario saharaui, y dirigido por la Universidad de Alicante, pero necesita también voluntarios españoles familiarizados con la promoción de la lectura, para que su funcionamiento sea ideal. A pesar de no haber comenzado todavía a rodar, ya hay decenas de voluntarios de todo el estado español, e incluso de fuera de él, dispuestos a dar parte de sus vacaciones yendo a las escuelas saharauis a llevar libros, historias, y sueños a un pueblo que necesita la cultura para sobrevivir en la tierra más inhóspita del planeta.Ha sido tanta la gente que de alguna manera ha querido colaborar con la idea de los niños del Colegio San Narciso que es posible que hayamos cometido algún olvido. Por eso no podemos dejar de mencionar al Poemario por un Sáhara Libre, que siempre ha entendido que la cultura es un pan invisible, pero tan necesario como el otro, o a la asociación “4x4 solidario”.Ahora, sólo resta que el Bubisher traiga, como dice la sabiduría popular saharaui, la buena suerte.Tenéis más información en este enlace:

martes, 19 de mayo de 2009

Cronograma

Gonzalo de Berceo (Berceo c. 1197 - c. 1264) fue un poeta español, el primero de nombre conocido en lengua castellana.

Don Juan Manuel (Escalona , 5 de mayo de 1282 - Córdoba , 13 de junio de 1348) fue un político y escritor en lengua castellana. Se trata de uno de los principales representantes de la prosa medieval de ficción, sobre todo gracias a su obra El conde Lucanor, conjunto de cuentos moralizantes (exempla) que se entremezclan con varias modalidades de literatura sapiencial.
No se le debe confundir con muchos de sus descendientes homónimos, entre ellos Juan Manuel, señor de Belmonte (siglo XVI).

Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza fue un dramaturgo novohispano nacido el año de 1581 en la ciudad de Taxco (actualmente en Guerrero, México), y fallecido en Madrid, el 4 de agosto de 1639.

El Cantar de Mio Cid (1195-1207)

Juan Ruiz, conocido como el Arcipreste de Hita, fue un poeta castellano que vivió en la primera mitad del siglo XIV. Es autor de una de las obras literaria más importantes de la Edad Media española: el Libro de buen amor.

Mester de Clerecía

Se llama Mester de Clerecía a la literatura medieval compuesta por "clérigos", es decir, hombres instruidos y no necesariamente sacerdotes (podían ser nobles, como Pedro López de Ayala, judíos, como Sem Tob, o musulmanes, como el anónimo autor del Poema de Yusuf) que poseían unos conocimientos superiores a los del trivium o triviales, la enseñanza elemental de la época. Estos clérigos habían cursado en cambio los altos estudios de entonces, la educación superior derivada del quadrivium, de donde viene la expresión cuaderna vía, que sirvió para denominar su estrofa característica, el tetrástrofo monorrimo.

Biografía: Juan Ruiz

Biografía
Fue hijo de Pedro Ruiz de Alarcón, oriundo de la nobleza de Cuenca, y Leonor de Mendoza, emparentada con la entonces poderosa familia de los Mendoza, lo cual le proporcionó una posición acomodada. Cursó estudios de abogacía en la Real y Pontificia Universidad de la Ciudad de México y, a comienzos del siglo XVII, viajó a España donde obtuvo el título de bachiller de cánones en la Universidad de Salamanca. Trabajó un tiempo como abogado en Sevilla (1606) para luego regresar a México a terminar sus estudios de leyes en 1608, coincidiendo en el mismo barco con el también escritor Mateo Alemán. Se graduó en México y opositó sin fruto a varias cátedras.

Biografía de Gonzalo de Berceo

Fue un clérigo secular que trabajó en La Rioja como notario del monasterio de San Millán de la Cogolla y el de Santo Domingo de Silos. Recibió una educación muy esmerada, pues se formó en los recientemente creados estudios generales (un antecedente medieval de las modernas universidades) de Palencia, los primeros que hubo en España y fue el más importante representante del mester de clerecía. Civilizó el idioma castellano creando la lengua literaria, para lo cual trasvasó numeroso vocabulario desde el latín (cultismos) y recurrió a fórmulas de la literatura oral tradicional y del mester de juglaría. También trabajó como notario eclesiástico para dichos monasterios, en cuyo cometido llegó incluso a falsificar documentos para conseguir que los reacios campesinos pagaran sus contribuciones a los mismos.
En 1237 fue presbítero.
Su poesía trata siempre sobre tema religioso, y está constituida fundamentalmente por hagiografías, esto es, escrituras sobre materia sagrada y por extensión biografías de los santos, en especial aquellos a los que se rendía culto en los monasterios con los que estuvo vinculado: la Estoria de sennor San Millán, la Vida de Sancta Oria, virgen y La vida del glorioso confesor Santo Domingo de Silos, por ejemplo. Su obra maestra es, sin embargo, los Milagros de Nuestra Señora. Otras obras suyas son El duelo que fizo la Virgen María el día de la Pasión de su fijo Jesu Cristo, Del sacrificio de la Misa, De los signos que aparecerán ante del Juicio, el Martiryo de Sant Laurencio, los Loores de Nuestra Señora y los Himnos.
No se muestra como un narrador original, ya que traduce ampliando obras escritas anteriormente en latín; su originalidad y carácter artístico debe apreciarse en el tratamiento de los temas, en el estilo, los detalles costumbristas y adaptaciones a la mentalidad medieval y campesina que añade a dichos relatos.
Su poesía es culta, aunque se reviste de una apariencia popular y utiliza elementos tradicionales; la estrofa que emplea para la versificación es la cuaderna vía o tetrástrofo monorrimo (cuatro versos alejandrinos o de catorce sílabas separados cada uno en dos mitades de siete sílabas por una cesura que coincide con final de palabra y grupo fónico, impidiendo toda sinalefa, y con una única rima consonante en todos sus versos).
Sus obras se pueden dividir en tres grupos:
Poemas sobre la Virgen María: Duelo de la Virgen y Milagros de Nuestra Señora.
Vidas de santos: Vida de San Millán, Vida de Santo Domingo de Silos, Poema de Santa Oria y Martirio de San Lorenzo.
Poemas de otros temas religiosos: De los signos que aparecen antes del Juicio Final y Del sacrificio de la misa.

Biografía: D.Juan Manuel

Don Juan Manuel (1282-1348) nació en el Castillo de Escalona en la provincia de Toledo. Por ser hijo del Infante don Manuel de Castilla (Señor de Escalona y de Peñafiel) y de Beatriz de Saboya, era sobrino del rey Alfonso X el Sabio y nieto de Fernando III el Santo. Heredó de su padre el gran Señorío de Villena, recibiendo los títulos de Príncipe, Señor y Duque de Villena .
Su nombre era Juan Manuel de Borgoña y Saboya, pero tras iniciar su padre el linaje de la Casa de Manuel de Villena, cambió sus apellidos pasando a llamarse Juan Manuel de Villena y Borgoña-Saboya.
Fue educado como un noble, siendo adiestrado en artes como la equitación, la caza o la esgrima, aprendió, además, latín, historia, derecho y teología. Literariamente, su formación incluyó la lectura de diversos poemas de clerecía (Libro de Alexandre, Libro de Apolonio...), los tratados de Raimundo Lulio, la obra de Alfonso X (especialmente, la Estoria de España, varios libros doctrinales y colecciones de sentencias, proverbios y dichos de sabios traducidos de lenguas orientales o del latín al castellano (Calila e Dimna, Sendebar...), etc.
A los 8 años perdió a sus padres, por lo que a muy temprana edad pudo disponer del amplio patrimonio de su familia. A los 12 años, iniciando una actividad que le acompañaría toda su vida, participó en la guerra para repeler el ataque de los moros de Granada a Murcia.
Se casó tres veces, eligiendo a sus esposas por conveniencia política y económica y, cuando tuvo hijos, se esforzó por emparejarlos con personas pertenecientes a la realeza.
Don Juan Manuel se convirtió en uno de los hombres más ricos y poderosos de su época, y, además de mantener él solo un ejército de mil caballeros, llegó a acuñar su moneda propia durante un tiempo, tal y como hacían los reyes.
El autor de El Conde Lucanor compaginó durante toda su vida sus actividades como escritor y como noble caballero. En su entorno, hubo ciertas críticas acerca de su vocación literaria, pues se pensaba que un noble de tan alto prestigio no debería dedicarse a tales actividades. El placer que encontraba en la escritura y la utilidad que veía para los demás en ella, le llevaron a seguir con su actividad literaria.
Don Juan Manuel tuvo enfrentamientos constantes con su rey. En la época, el trono de Castilla estuvo ocupado por dos monarcas que incluso llegaron a trazar planes para matarlo: Fernand IV y Alfonso XI. Sin embargo, este último buscó la fidelidad de Don Juan Manuel pidiéndole la mano de su hija Constanza. Finalmente, el rey repudió el matrimonio ya concertado y encarceló a la joven en el Castillo de Toro.
La lucha entre el rey y don Juan Manuel se prolongó por una década, y al menos hubo dos ocasiones en que éste pudo llegar a caer en manos del primero. También el rey se opone al traslado de Constanza a Portugal para casarse con el infante don Pedro de Portugal.
Necesidades de paz interna para enfrentarse al rey de Marruecos y la mediación de doña Juana Núñez, suegra de don Juan por su tercer matrimonio, consiguen que el rey devuelva a don Juan sus bienes y honores en 1337, poniendo fin a la enemistad, que se consolidó definitivamente con la autorización para la boda de Constanza y, hacia 1340, cuando ambos se aliaron contra los musulmanes en la batalla del Salado, arrebatándoles la ciudad de Algeciras.
Tras estos acontecimientos, el infante don Juan Manuel dejó la vida política y se retiró a Murcia, donde pasó sus últimos años entregado a la literatura. Orgulloso de sus obras, decidió reunirlas todas en un solo volumen, el cual desapareció al arder en un incendio.
Su nombre completo era Juan Manuel de Villena y Borgoña-Saboya y fue el creador de la Casa de Manuel de Villena, cuyos descendientes acabarían siendo propietarios de varios títulos de nobleza, como el condado de Vía Manuel, el marquesado de Rafal o el ducado de Arévalo del Rey, entre otros.

martes, 5 de mayo de 2009

El Cantar del Mio Cid

El Cantar de mio Cid es un cantar de gesta anónimo que relata hazañas heroicas inspiradas libremente en los últimos años de la vida del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar. Se trata de la primera obra narrativa extensa de la literatura española en una lengua romance.
El poema consta de 3.735 versos anisosilábicos de extensión variable, aunque dominan versos de 14 a 16 sílabas métricas. Los versos del Cantar de mio Cid están divididos en dos hemistiquios separados por cesura. La longitud de cada hemistiquio es de 4 a 13 sílabas, y se considera unidad mínima de la prosodia del Cantar. No hay división en estrofas, y los versos se agrupan en tiradas, es decir series de versos con una misma rima asonante.
Está escrito en castellano medieval y compuesto alrededor del año 1200 (fechas post quem y ante quem: 1195–1207). Se desconoce el título original, aunque probablemente se llamaría gesta o cantar, términos con los que el autor describe su obra en los versos 1.085 y 2.276, respectivamente.
El Cantar de mio Cid es el único conservado casi completo de su género en la literatura española y alcanza un gran valor literario por la maestría de su estilo. Los cuatro textos épicos conservados, además del que nos ocupa, son las Mocedades de Rodrigo —circa 1360—, con 1700 versos, Cantar de Roncesvalles —ca. 1270— (fragmento de unos 100 versos) y una corta inscripción de un templo románico, conocida como Epitafio épico del Cid —¿ca. 1400?—). Del texto que aquí nos ocupa solo se ha perdido la primera hoja del original y otras dos en el interior del códice, pero su contenido puede ser deducido de las prosificaciones cronísticas, en especial de la Crónica de veinte reyes.

Rodrigo Díaz de Vivar-El Cid Campeador

Nacido en Vivar, era hijo de Diego Laínez, infanzón de Vivar. Se educó junto al infante Sancho de Castilla, quien le dio el cargo de alférez de la milicia real al ser nombrado rey bajo el título de Sancho II, y a las órdenes del cual se enfrentó a Sancho IV de Navarra. En virtud de su cargo, hizo jurar al rey Alfonso VI (1072, Santa Gadea) que no era responsable de la muerte de su hermano, Sancho II, lo que le provocó la enemistad con el monarca. Fue sustituido en su cargo por García Ordóñez, si bien el rey le compensó con un matrimonio con Jimena Díaz en 1074, bisnieta de Alfonso V. Acusado de deslealtad al rey, fue condenado al destierro en 1081 y rota su relación de vasallo de Alfonso VI. Se encaminó entonces con sus vasallos a Zaragoza, donde se puso a las órdenes del gobernante musulmán al-Muqtadir y, posteriormente, de su hijo al-Mu´tamin. Tras la batalla de Zalaca, en el que fueron vencidas las tropas de Alfonso VI, el rey nuevamente le puso a su servicio y encomendó varios dominios en 1086. En esta segunda etapa junto al monarcas castellano emprendió campañas guerreras por el levante peninsular, logrando hacer que los reyes musulmanes de Albarracín y Valencia pagasen tributo a Castilla y conquistando vastos territorios dominados por los almorávides. Nuevamente enfrentado a Alfonso VI, fue despojado de todos sus privilegios y hubo de salir al exilio. En esta ocasión se puso al servicio del rey musulmán de Valencia, logrando derrotar y apresar al conde de Barcelona Berenguer Ramón II en 1090. En el punto álgido del poder almorávide en la Península, logró tomarles Valencia en 1094, ciudad que no recuperarán hasta algún tiempo después de su muerte, en el año 1102. La literatura y la historiografía posteriores se encargaron de utilizar su figura y engrandecer la leyenda, siendo citado en composiciones, poemas (Poema de Almería), cantares de gesta y crónicas (Najerense, Primera Crónica General, etc.). El momento culminante llega con la elaboración a cargo de un autor anónimo del "Cantar del Mío Cid", en el siglo XII o primeros años del XII. Desde entonces se produce su incorporación a la literatura castellana y la entronización del personaje como símbolo de caballero castellano-español, detentador de valores y virtudes de hondo calado político y elemento propagandístico de primer orden en el contexto de una España cristiana necesitada de héroes.

El palacio de rey Alfonso XIII